El estudio de la filosofía, la historia y la literatura se hace cargo de preguntas vitales para el desarrollo social y humano. Los tres institutos que imparten estos saberes se han convertido en pieza clave para comprender los debates actuales, lo que se ha destacado en diversas publicaciones, actividades y presencia en la opinión pública.
Cualquier institución o empresa necesita humanistas bien formados, porque los problemas actuales no son técnicos, sino morales, culturales y espirituales”, reflexiona Jorge Peña, decano de la Facultad de Filosofía y Humanidades, sobre el rol que juegan hoy saberes como la filosofía, la historia y la literatura en el desarrollo social. El cultivo del intelecto es un ejercicio que traspasa los límites de las bibliotecas y archivos para instarlarse en la vida pública.
A través del estudio sistemático de fenómenos y preguntas esenciales, los académicos les dan sustancia a los debates actuales. Los institutos de Filosofía, Historia y Literatura apuntan a abrir los espacios de conversación y difusión de sus investigaciones por medio de actividades, publicaciones y participación en la discusión pública, por ejemplo, con su constante presencia en los medios de comunicación.
Filosofía para la vida
La filosofía se pregunta por el sentido de las cosas, una interrogante presente en la vida de cada persona. Los grandes debates sociales de los últimos años, precisamente, se refieren a cuestiones filosóficas. Cómo se entiende la educación o el derecho a la vida son algunos de los temas abordados por académicos en diferentes columnas de opinión.
Muchas de esas discusiones se mantienen a lo largo de la historia y cobran actualidad cada cierto tiempo. Ocurrió con el 50º aniversario del “Mayo del 68” francés, que convocó a académicos de la Universidad y otras instituciones a reflexionar en un seminario sobre las repercusiones de este acontecimiento en el origen de la nueva izquierda y otros fenómenos sociales.
“La filosofía es indispensable, ya sea como ejercicio de la conciencia crítica ante los cambios que se proponen o como una instancia que permite tener una visión más amplia de la realidad”, señaló el Rector José Antonio Guzmán, en la conmemoración de los 25 años del Instituto de Filosofía. Alejandro Vigo, académico de la Universidad de Navarra, fue parte de esta celebración, que tuvo como centro explorar en las raíces de este saber, tan relevante y difícil de definir al mismo tiempo. “Quienes nos dedicamos a esto nunca llegamos a comprender del todo qué es”, dijo entre risas.
El origen de la filosofía siempre ha sido un tema controvertido, pero lo cierto es que el paso de los siglos mantiene vigentes a grandes pensadores, otra de las líneas de investigación que el Instituto sigue de cerca. En pleno siglo XXI, un congreso sobre normas de argumentación en la Filosofía Antigua, organizado por Jorge Mittelmann, reunió a importantes investigadores chilenos, americanos y europeos para discutir sobre los aspectos metodológicos y dialécticos implícitos en las prácticas filosóficas de la antigüedad clásica.
Memoria común
Las sociedades están en constante evolución y el análisis histórico de ese recorrido permite explorarlos desde la raíz. ¿Por qué es importante reflexionar sobre el pasado? Sucede que hay hitos de la historia cuyas repercusiones trascienden, como fue la publicación de las 95 tesis de Martín Lutero o la Revolución de Octubre en Rusia, que cientos de años después tienen mucho que decirle a la sociedad actual.
Ambos eventos fueron conmemorados por el Instituto de Historia, con un seminario interdisciplinario “A 500 años de la Reforma” y el evento cultural “Centenario de la Revolución Rusa”, donde académicos analizaron sus causas e implicancias. Además, Manfred Svensson, director del Instituto de Filosofía, publicó en una fecha clave el libro “La Reforma Protestante y la Tradición Intelectual Cristiana” (2017), reseñado en El Mercurio.
Parte importante de la memoria de un país es el legado patrimonial. Hace más de una década, estudiantes del Máster en Historia y Gestión del Patrimonio Cultural desarrollan iniciativas concretas para la puesta en valor de objetos, lugares, archivos, entre otros. Se destacó el rescate de la vida y obra del escultor Tótila Albert, a 50 años de su muerte, desarrollado por María Luisa Guzmán, Óscar Mancilla, Hugo Ramos y Susan Turner. Junto con una publicación en Memoria Chilena, se realizó una inédita exposición con 35 piezas del artista en la Sala Gasco y que tuvo amplia cobertura en prensa.
Letras de Chile
Nuestro país es tierra de poetas y música. El Instituto de Literatura sabe reconocerlo y, junto con celebrar a escritores célebres como Shakespeare o Cervantes, les ha abierto un espacio a las letras chilenas. Al conmemorarse los 100 años del natalicio de Violeta Parra, especialistas, alumnos y académicos expusieron en un seminario sobre el legado de la folclorista.
Las letras hispanoamericanas también son parte del mapa literario de Chile. Desde Argentina viajaron piezas inéditas de la obra de juventud de Jorge Luis Borges, que fueron exhibidas a todo público. Y el seminario “La Araucana”, dirigido por Joaquín Zuleta, permitió a los participantes remontarse a los inicios de la Guerra de Arauco a través del poema épico de Alonso de Ercilla.
Pero la literatura no solo habla de seres humanos, sino también de la naturaleza. El lenguaje de las aves, su simbología y la ecocrítica inspiraron las “Primeras Conferencias de Literatura Británica Comparada”, organizadas por la académica Paula Baldwin y patrocinadas por el British Council (Chile).
Todas estas iniciativas buscan explorar la literatura desde diferentes ángulos. Pero aún existe una tarea pendiente en el país y es incentivar la lectura en niños y jóvenes. Es uno de los objetivos del Festival de Teatro Clásico Escolar y Universitario, que en su primera versión contó con 16 compañías de cinco regiones, quienes interpretaron clásicos del Siglo de Oro con la misma pasión con que fueron escritos en el siglo XVI español.