Manuel Bernet, Alejandro Reid, Francisca Greene y Juan José Guerrero analizan los nuevos dilemas de la propiedad intelectual, la innovación tecnológica y la inteligencia artificial
Por Bárbara Olave, Francisca Miranda y Francisca Brahm
Los derechos de autor y la protección de datos personales son algunos de los desafíos que plantean las nuevas tecnologías al Derecho y a la Comunicación. En Chile ya hemos presenciado varios conflictos. “Un ejemplo es el uso de voces sintéticas -que imitan el estilo de artistas urbanos- que se incorporan a canciones generadas a través de software de IA”, recuerda Manuel Bernet, profesor de Derecho Comercial de la Facultad de Derecho, quien investiga la relación entre propiedad intelectual e innovación tecnológica.
Sin embargo, “más que estar ante una infracción a los derechos de autor, se trata del uso de la imagen o voz de celebridades, lo que no tiene una sanción directa por la Ley de Propiedad Intelectual”, explica el doctor en Derecho, pues “en los sistemas jurídicos existe consenso en que las producciones generadas por IA no tendrían calidad de creaciones, concepto que implica la participación significativa de la persona humana en su elaboración”.
Ante esta situación, advierte que “de a poco se deberá admitir que la IA es una herramienta más en la generación de obras -tal como lo fue en su momento la fotografía o los computadores- por lo que, si detrás de una pintura o de un cuento se aprecia una participación significativa de una persona humana, tales creaciones deberían ser protegidas por la Ley”. Cabe recordar aquí que el concepto ‘derecho de autor’ surgió con la invención de la imprenta.
Para hacerse cargo de estos nuevos fenómenos, el abogado plantea que el derecho de autor debería ser actualizado en Chile y el mundo. Según explica, “solo de manera reciente, Europa ha admitido como excepciones a los derechos de autor la denominada minería de textos y datos, con alcances muy limitados, mientras que en Estados Unidos tampoco se han realizado reformas legales”.
No obstante, afirma que “existen demandas entabladas por escritores, fotógrafos o medios de prensa contra empresas propietarias de los softwares de IA, pues sostienen que sus obras son utilizadas sin su permiso para entrenar a estos programas -para determinar patrones- y con ello generar resultados similares a las creaciones de otro, como un cuento, una pintura o un reportaje”. A ello se suman fallos relacionados con el uso de estos softwares cuando producen resultados similares a obras ajenas, “de ahí que se sostenga que hay una reproducción ilícita”.

“En los sistemas jurídicos existe consenso en que las producciones generadas por IA no tendrían calidad de creaciones, concepto que implica la participación significativa de la persona humana”
Manuel Bernet, profesor de Derecho Comercial
Correctamente utilizada, la IA es un medio que permite alivianar la carga en tareas rutinarias, para enfocarse en las actividades más creativas y de mayor valor. “Tal como los abogados tuvimos que ajustarnos a la tramitación electrónica o al uso intenso de bases de datos de jurisprudencia, ahora debemos tomar este nuevo reto con apertura, lo cual no significa que esta tecnología pueda reemplazar la prudencia y el buen juicio que es propio de nuestro quehacer. Ahí, sin duda, el ser humano es irremplazable”, afirma Manuel Bernet.
Estas nuevas temáticas forman parte de investigaciones que tiene en curso el profesor Bernet, quien, además, ha explicado sus alcances a través de los medios de comunicación y de diversos seminarios realizados con la Facultad de Derecho. En uno de ellos, por ejemplo, se analizó la demanda deducida por el New York Times en contra de Microsoft y OpenAI, referida a posibles infracciones cometidas a través de estas nuevas tecnologías.

“Formar profesionales que integren estas tecnologías de manera responsable es clave para que la comunicación siga siendo una herramienta poderosa.”
Alejandro Reid, profesor de la Facultad de Comunicación
IA en los medios
En esta línea, Francisca Greene, profesora de Ética Periodística de la Facultad de Comunicación, reconoce que la IA puede agilizar la redacción y búsqueda de información, pero asegura que también plantea desafíos. “Es innegable que la IA puede ayudar en la redacción y en otros aspectos del periodismo, pero esto plantea un problema ético. Los periodistas siempre deben corroborar la información, no pueden confiar ciegamente en la IA para verificar datos. Esto podría facilitar la propagación de noticias falsas (fake news), ya que una noticia errónea puede llevar a otra, generando una cadena de desinformación”, afirma la doctora en Ciencias de la Información.
Otro aspecto importante que menciona es el derecho de las personas a su propia imagen. “No se puede generar un video a partir de una foto o de un video anterior sin el consentimiento adecuado. Cada entrevista es única y el uso de imágenes, videos o entrevistas debe ser autorizado específicamente para cada caso”, argumenta la profesora, muy en línea con la primacía de los derechos de la persona humana ante la inteligencia artificial.

En términos audiovisuales, “la IA puede sugerir mejoras en los guiones, identificando faltas de conflicto o aceleraciones”, agrega el doctor en Comunicación Alejandro Reid, acerca de la optimización de una producción, “o me puede ir diciendo ‘esta escena tienes que grabarla altiro, porque es un exterior y en una semana más va a llover’”. “Es como tener un asistente que te dice exactamente lo que necesita tu audiencia”, plantea el máster en Televisión Digital, respecto de la toma de decisiones informadas que ofrece la IA para elegir el mejor momento y lugar para publicar contenido.
Juan José Guerrero, magíster en Comportamiento del Consumidor, complementa que la IA ha revolucionado la distribución de los anuncios online. “Es una herramienta que se integra al trabajo publicitario, así como puede ayudar a las empresas a crear audiencias altamente segmentadas y definir su target de manera más precisa”, asegura. “También puede ser utilizada para analizar datos demográficos, el comportamiento de las personas y preferencias, ayudándonos a identificar grupos específicos de consumidores con intereses similares”, añade el publicista sobre la segmentación y personalización sin precedentes que experimentamos en el mundo multiplataforma de hoy.
Ante todo, el profesor Reid afirma que la creatividad humana sigue siendo insustituible, pues “la IA necesita de la alimentación y supervisión humana para alcanzar su máximo potencial. Puede sugerir, pero la chispa creativa viene de nosotros”. “Formar profesionales que integren estas tecnologías de manera responsable es clave para que la comunicación siga siendo una herramienta poderosa”, concluye.>