Dónde está la Verdad

Dos filósofos comparten su visión acerca de la unidad del ser humano.

El profesor Jorge Peña, a punto de publicar su libro sobre "La Conjunción”, afirma que lo maravilloso del hombre radica en su integridad dinámica, que recoge en sí todas las dimensiones de la realidad: física, química, biológica, psicológica, espiritual y social.

Mientras, la profesora María Alejandra Carrasco señala que la gratificación biológica que produce en el hombre la “cultura del cuidado” es una prueba más de esa misma unidad entre lo material y lo espiritual.

Jorge Peña asegura que para seguir contribuyendo a la búsqueda de la verdad es necesario ampliar la mirada sobre cuestiones trascendentales, que no pueden abordarse por separado, como cuerpo y alma, hechos y valores, naturaleza y cultura, individuo y sociedad, cerebro y mente, fe y razón, o gracia y libertad. Sin esa integración, nos arriesgamos a quedarnos con verdades parciales de la realidad. Aboga por alcanzar una mirada más integradora para enfrentar la complejidad, y ser capaces de arrojar luz sobre las cuestiones que se debaten en nuestro tiempo.

El profesor Jorge Peña dictó la clase magistral de inicio del año académico 2023, en la que adelantó las conclusiones de su nuevo libro “La Conjunción: una clave antropológica. Unidualidad de la condición humana" (Editorial UDP).

-La investigación es búsqueda de la verdad. Sin esta integración ¿se pierde el sentido?
- El investigador debe siempre preguntarse por cuestiones fundamentales como ¿qué es el hombre?, ¿qué es el mundo?, ¿qué es el hombre en el mundo? Y la verdad, de maravillosa complejidad, el misterio, nunca del todo esclarecido, radica justamente en la conjunción, en la ‘y’: cuerpo y alma, naturaleza y cultura, hechos y valores, cerebro y mente, lo voluntario y lo involuntario. Íntimamente asociados, muchas veces indiscernibles en la unidad de lo real.

- Augura que de no lograr una adecuada visión acerca de la naturaleza del hombre tendríamos que prepararnos para eventualidades fatales…
-Sí. Pronto alcanzaremos la posibilidad de manipular y configurar a cualquier hombre, tanto en su autonomía reproductora -el gen-, cuanto en su autonomía individual -el cerebro. Por eso, creo que de no existir una adecuada visión acerca de la naturaleza del hombre, tendremos que prepararnos para eventualidades fatales.

-El impulsor de ChatGPT, Sam Altman, advierte que “si esta tecnología sale mal, puede salir bastante mal”. Hay alerta sobre la posible llegada de un sistema que rebase las capacidades humanas…
- Bueno, es que nos encontramos en un momento decisivo, en que el hombre dispone de tal poder sobre los resortes originarios de la vida, que la visión que se tenga del hombre va a ser decisiva para el futuro de la humanidad. Un robot será instruido, pero nunca culto; el desafío educacional ahora es promover una actitud culta en los alumnos.

-Asegura que “si se quiere afrontar la complejidad de los problemas actuales, se deberá tener una mirada humanista sensible al arte, a la religión y a la filosofía”.
-Sí, porque lo maravilloso del hombre radica en su integridad dinámica, en ser un fascinante microcosmos que recoge en sí todas las dimensiones de la realidad: física, química, biológica, psicológica, espiritual, social.

-¿Dónde se hace visible esta separación?
-En el edificio de Ciencias  se estudia “el cuerpo” y en el edificio de Humanidades se estudia el alma. Se estudia lo mismo, pero sin captar su unidad. Sí, es necesario distinguir (cuerpo y alma, naturaleza y cultura), pero sin separar; es necesario unir, pero sin confundir. Porque en la realidad no hay nada que solo sea corpóreo, sino que siempre está atravesado por significaciones espirituales, y viceversa; nada es exclusivamente biológico ni psicológico ni natural ni cultural.

“Es necesario tomar los dos extremos y evitar que se separen, mantener esa tensa unidad de naturaleza y cultura, sujeto y objeto, cuerpo y alma, fe y razón, razón y sentimientos, cerebro y mente; Cristo es Dios y hombre”

Jorge Peña, académico de la Facultad de Filosofía y Humanidades.

-La verdad está en la Y.
-Es necesario tomar los dos extremos y evitar que se separen, mantener esa tensa unidad de naturaleza y cultura, sujeto y objeto, fe y razón, razón y sentimientos; Cristo es Dios y hombre.

-Si se enfatiza uno de los dos…
-Se cae en los reduccionismos: materialismos, espiritualismos, naturalismos. Es la explicación de lo más complejo a partir de lo menos complejo: se reduce lo antropológico a lo biológico e incluso lo biológico a lo físico-químico. Lo espiritual es explicado como fenómeno psicológico, y lo psicológico reducido a lo biológico.

-Y lo eterno y temporal…
-La Encarnación nos habla de esta misteriosa inserción de lo eterno en lo temporal. La vida verdadera está compuesta por esta unidad. La vocación eterna del hombre, su vocación a la comunión con Dios puede nacer en cada día, y en cada hora de su vida en el tiempo.

María Alejandra Carrasco, periodista y doctora en Filosofía, es académica de la Facultad de Filosofía y Humanidades y miembro del comité de ética de la Clínica Universidad de los Andes.

La profesora María Alejandra Carrasco lleva años estudiando la llamada “cultura del cuidado”. Cuidarse unos a otros, como actitud base de las relaciones humanas y que, pese al individualismo reinante, asegura, es donde realmente se siente feliz la persona. “Porque cuidar no es una cuestión solo espiritual, sino que biológicamente provoca gratificación, lo que es una muestra de la unidad del ser humano”. Aboga por recuperar lo que es innato al hombre, una cultura donde haya buenas relaciones, lo que Adam Smith llamaba simpatía, que es, según la filósofa, la empatía contemporánea, una actitud natural al hombre. 

-La empatía como actitud natural…
-La empatía movió al Buen Samaritano a ver, en primer lugar, descubrir, reconocer la necesidad del otro, y finalmente “cuidar”. La empatía es la que nos permite identificarnos con los demás y compartir sus sentimientos, es el llamado “cemento de la sociedad”, el catalizador de la amistad cívica.

-Cómo se genera esta empatía…
-Todo empieza por los ojos, en cómo miro al otro. Si al señor que está tirado en la calle lo miro como si fuera mi hermano, me cambia el corazón. Y según lo que pase en tu corazón es lo que tú vas a hacer. Cambia tu mirada y cambia tu actitud.

-¿Cuidar es a lo que tendemos?
-Sí. Los hombres nos sentimos bien en un lugar donde se dan buenas relaciones humanas, donde sabes que alguien te va a cuidar si necesitas cuidado, y tú cuidas si otro lo necesita. El individualismo de la sociedad liberal es muy inhumano, contra natura, no nos sentimos cómodos ahí.

-Lo dice la biología…
-Sí. Se ha visto que, si yo me preocupo por otro y en sus ojos veo cierta gratitud, esto genera en mí una gratificación. No es una cuestión solo espiritual, sino que biológicamente provoca placer cuidar al otro, es una muestra de la unidad del ser humano. 

-¿Un ejemplo?
-Las madres cuidan mucho más a las guaguas, por una cuestión hormonal, la prolactina y la oxitocina. Pero se ha visto que el padre también las genera, si es que puede cuidar a un hijo. Esto pasa en Suecia o Noruega con los posnatales masculinos.

-¿Es algo que debemos educar?
-Aunque es absolutamente humano, no siempre es espontáneo, por lo que la ética tendría que solicitarlo, y las instituciones políticas o culturales, promoverlo. Todavía no existe educación de la empatía, aunque esta se puede convertir en virtud.

“Se ha visto que si yo me preocupo por otro y en sus ojos veo cierta gratitud, esto genera en mí una gratificaciónˮ.

María Alejandra Carrasco,
Académica de la Facultad de Filosofía y Humanidades.

-¿Qué nos ha llevado a esto?
-Lo que nos ha fregado es el individualismo, que es absolutamente antinatural. El concepto de autonomía que hace que la gente quiera estar sola por demostrar que puede autovalerse, lo que disgrega a la familia y uno se va quedando solo.

-¿Qué propone?
-El cuidado, si no es personal, con cariño, se autodestruye; tiene que ser auténtico, lo que lo hace más difícil. Hay que crear instituciones que promuevan esa manera de ser, que desincentiven lo contrario. Y así es como se puede ir cambiando la cultura.

Clase magistral “La Conjunción: una clave antropológica”, Jorge Peña Vial - abril 2023.
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