En momentos en los que salir en ayuda de las personas se hizo prioritario, las carreras de la salud y la clínica universitaria pusieron al servicio de la sociedad todos sus esfuerzos, capacidades y conocimientos. Un hito fue participar en el estudio Fase 3 de la vacuna Sinovac; otro, procesar miles de muestras de PCR con la implementación de un nuevo laboratorio.
Como en una carrera contra el tiempo, el 24 de diciembre de 2020 nuestro país inició el proceso de vacunación, el mismo día en que aterrizaban las primeras vacunas. Cinco meses después se habían administrado más de 18 millones de dosis en Chile.
“Somos el segundo país en el mundo que ha vacunado a más personas por cantidad de habitantes sin ser una potencia mundial”, comenta la doctora María Luz Endeiza, académica de la Facultad de Medicina, jefa del Vacunatorio de la Clínica Universidad de los Andes y miembro del Consejo Asesor de Vacunas y Estrategias de Vacunación (CAVEI) del Ministerio de Salud. Un proceso que califica como exitoso y del que destaca el compromiso y colaboración entre entidades públicas y privadas.
“Hoy, el papel de la Universidad implica poner a disposición su infraestructura y capital humano”, agrega el director de Innovación UANDES, Anil Sadarangani, quien afirma que uno de los grandes aprendizajes de esta crisis ha sido el trabajo colaborativo. “Durante esta pandemia se ha demostrado que es posible articular la triple hélice -mundo público, privado y academia– para tener un impacto mayor en la sociedad”.
“Esta pandemia ha demostrado que es posible articular al mundo público, privado y la academia para tener un impacto mayor en la sociedad”.
Anil Sadarangani, director de
InnovaciónUANDES

INVESTIGACIÓN CONJUNTA
Ejemplo de ello ha sido la participación de las carreras de la salud y la clínica universitaria en el estudio clínico Fase 3 de la vacuna Sinovac, con el objetivo de evaluar su eficacia en el proceso de vacunación nacional contra el coronavirus. La UANDES se incorporó así al Consorcio Científico Nacional Covid-19, liderado por la Pontificia Universidad Católica de Chile e integrado por expertos y centros de investigación de otras seis universidades del país, en conjunto con el Ministerio de Salud.
“Este estudio abre caminos para la investigación colaborativa en Chile, muy relevante para nuestra institución”, afirma Paula Guzmán, jefa del Servicio de Pediatría de la Clínica UANDES e investigadora responsable. “El mayor desafío -agrega- fue abrir este camino de investigación a gran escala, ya que para lograrlo se requería de instalaciones, personal y el apoyo de muchas personas y dependencias dentro de la institución, lo que finalmente se logró”, asegura.
“Debemos seguir avanzando en la comprensión de este agente, con nuevas metodologías diagnósticas que nos ayuden a un mejor cuidado de los pacientes y sus familias”.
Dra. María Jesús Vial, jefa del Laboratorio Clínica UANDES
El trabajo consistió en reclutar e inocular a más de 300 voluntarios, a quienes se les administró la vacuna en dos esquemas (0-14 días o 0-28 días) y se les realiza seguimiento por un año. “Chile es un país con una muy buena adherencia a las vacunas a nivel general, con porcentajes sobre el 85 y 90%, dependiendo del tipo de vacuna, pero el SARS-CoV-2 es un virus nuevo y se necesita vacunar a toda la población. La mayoría de los hospitalizados en junio no tenían vacunas o solo una dosis”, argumentó la Dra. Endeiza.
Por ello, asegura que las universidades deben continuar participando en el desarrollo de mejores tratamientos y vacunas, y los académicos y profesionales, educando e informando a la población. “El desafío es completar la segunda dosis, concientizar a los jóvenes del riesgo que no ven, seguir cuidándonos y trabajar en los factores de riesgo, como la obesidad”.

En la inauguración del Laboratorio de Biología Molecular -en agosto de 2020- participaron por parte de la Clínica UANDES Sergio Correa, director de Desarrollo; la Dra. María Jesús Vial, jefa de Laboratorio, y el Dr. Pablo Valdés, subdirector médico de Gestión y Proyectos Médicos (en primera fila), junto a los representantes de la Universidad Anil Sadarangani, director de Innovación; Jorge Carpinelli, director de Investigación y Doctorado, y Federico Bátiz, director científico del Centro de Investigación e Innovación Biomédica (CiiB).
POR UN DIAGNÓSTICO OPORTUNO
En línea con este propósito, el Centro de Investigación e Innovación Biomédica (CiiB) y la Clínica Universidad de los Andes implementaron un Laboratorio de Biología Molecular para responder a la alta demanda de análisis de muestras de PCR para el diagnóstico de SARS-CoV2, que además podrá realizar cualquier diagnóstico molecular que se haga con esta técnica para otras enfermedades.
Federico Bátiz, académico de la Facultad de Medicina y director científico del CiiB, apunta a que las sinergias entre este Centro y la Clínica permitirán potenciar la investigación traslacional en beneficio de los pacientes. “Era importante colaborar, desde las clínicas privadas a nivel país, para generar más puntos de diagnóstico; y para la Clínica, era fundamental no depender de terceros y poder cumplir con las necesidades de sus médicos y pacientes”. En palabras de María Jesús Vial, jefa del Laboratorio de la Clínica, “ofrecer el estándar de calidad y servicio que se acostumbra a entregar, estableciendo mejores tiempos de respuesta”.
Nueve meses después, el laboratorio había procesado más de 37 mil muestras de PCR por Covid-19 y trabajaba para incorporar un estudio de mutaciones por PCR para identificar la presencia de variantes. “Esto constituye un paso más en el conocimiento de la enfermedad y, como equipo, creemos que debemos seguir avanzando en la comprensión de este agente, con nuevas metodologías diagnósticas, que nos ayuden a un mejor manejo de los pacientes y sus familias”, concluye la doctora Vial.
“Fue importante colaborar, desde las clínicas privadas a nivel país, para generar más puntos de diagnóstico para los pacientes”.
Federico Bátiz, director del CiiB
Por: Francisca Zúñiga