ENTREVISTA:
Dr. Antonio Vukusich

“El Covid-19 ha cambiado la medicina del presente y del futuro”


No han sido meses fáciles para los profesionales de la salud. La pandemia ha modificado sus vidas y sus formas de trabajar, enseñar y aprender. Las ramas de la salud han debido adaptarse a maneras de operar sin precedentes. En esta entrevista, el decano de la Facultad de Medicina cuenta los desafíos que enfrentan los futuros médicos y cómo el Covid-19 ha cambiado la medicina del presente y del futuro. 


Las dos ventanas están abiertas. El viento otoñal cruza de un lado a otro para evitar cualquier opción de contagio. El Dr. Vukusich lleva varias reuniones presenciales y online. Con su mascarilla K-95 en todo momento, cuenta que ha cambiado varias cosas de su oficina. Entre ellas, sacó muebles e instaló una pantalla para videollamadas. Pero su oficina no es lo único que ha cambiado; la forma de hacer y enseñar medicina también.  nike air jordan shoes couples sex toys nfl shops cheap jerseys adidas shoes on sale red wig nike air max 90 futura nike air max plus nike air max sale mens adidas yeezys wigs online nfl fantasy football nike air jordan shoes custom jerseys baseball nike air max 270 womens

¿Cómo ha modificado la pandemia la forma de hacer docencia? 

Ha acelerado la utilización de los diversos modos de aprender y enseñar que estaban disponibles, pero que no usábamos. Es un fenómeno planetario, que muchas universidades habían intentado por años: hacer algunas cosas vía telemática, parte de ciertos programas o prácticas, y nunca se consiguió. Con la llegada de la pandemia, en dos semanas todo eso estaba funcionando. La pandemia no ha inventado nada nuevo, simplemente hemos utilizado las herramientas que estaban ahí para poder seguir sin presencialidad.  

¿Y qué pasa con la presencialidad, fundamental en las carreras de la salud? 

Se trata de carreras en que las personas deben adquirir un saber práctico y, por supuesto, tienen un componente de presencialidad insoslayable. Eso es lo que más sufrió el año pasado, pero muchísimas cosas pudieron seguir haciéndose vía telemática. Algo de eso va a seguir, aunque volvamos a una vida pospandemia. Es evidente que hay cosas que ofrecen ventajas a través de medios online, que ahorran tiempo, recursos, riesgos. El arte consistirá en determinar qué de lo antiguo va a seguir y qué de lo nuevo se va a quedar. Se puede hacer mucho desde la casa, pero se pierde la cercanía, el encuentro personal, sobre todo en nuestra Universidad, en cuyo modelo la persona es muy importante y el encuentro en tres dimensiones es fundamental.  

En cuanto a la formación de nuevos médicos, ¿la pandemia ha dejado cambios profundos? 

En la enseñanza de la medicina hay muchas cosas teóricas que se pueden hacer online. La “enseñanza de pizarrón” se facilita con métodos digitales. Respecto de lo práctico, hoy todo puede simularse. La relación entre el profesional de la salud y el paciente debe ser real, sin embargo, previo a entrar al hospital hay entrenamiento con diversos tipos de simulación, que prepara a los estudiantes en destrezas antes de ver a los pacientes. Pienso que esa simulación se va a potenciar.  

¿Se modificarán las mallas curriculares a nivel mundial? 

Sin duda. Ya antes de la pandemia había universidades que redujeron en un año los estudios para Medicina. Más que modificar el cómo enseñamos, esto tiene que ver con qué y cuánto enseñamos. En mi opinión, en casi todas las carreras universitarias de nuestro país hay un exceso de tiempo de estudio en pregrado, se trata de obtener un resultado definitivo, cuando hoy no hay nada definitivo. Así surge el concepto de lifelong learning, en que uno va sumando destrezas y habilidades, pero nunca termina de desarrollarse en el ámbito profesional. En las carreras de la salud, donde los estudiantes realmente aprenden es en el campo clínico, mientras que las bases teóricas van cambiando a medida que avanza la investigación. Los profesionales de la salud deben ser estudiantes toda la vida. 


“Más que modificar el cómo enseñamos, esto tiene que ver con qué y cuánto enseñamos (…), se trata de obtener un resultado definitivo, cuando hoy no hay nada definitivo. Así surge el concepto de lifelong learning”.


LA MEDICINA DEL FUTURO: PREVENTIVA, PREDICTIVA Y PERSONALIZADA 

¿Cómo ve la medicina en 10 o 20 años? 

La medicina que viene no va a ser reactiva. El médico no puede ser solo un bombero apagando un incendio. Siempre se ha hablado de una medicina preventiva y curativa, y en la práctica el médico se ha dedicado a la curativa. A medida que el conocimiento de lo que nos constituye biológicamente aumenta, la medicina se hace más predictiva, pudiendo establecer que un paciente tiene riesgo de X enfermedad, por lo que se debe hacer tal o cual examen. Esto ayudará a que la medicina sea más proactiva y menos reactiva, a que se personalice con tratamientos específicos para la condición de cada persona, y no siguiendo solo los resultados de estudios en poblaciones de individuos diversos, que reaccionan a los tratamientos de distintas maneras.  

¿Este nuevo conocimiento puede traer problemas? 

Los problemas van a ser principalmente éticos, debido a que será posible modificar al ser humano radicalmente. Según el concepto de transhumanismo, llegaríamos a ser seres parte naturales y parte artificiales. Es algo que ya estamos viendo, por ejemplo, en personas con marcapasos, prótesis, implantes cocleares, lentes oculares, etc. Lo vamos a vivir intensamente en los próximos años, porque el desarrollo de la técnica es exponencial. Solo hay que mirar todo lo aprendido sobre vacunas y virus en el último año, que demuestra la enorme capacidad que tenemos de transformar el mundo. Para bien, pero también para mal. Somos, y seguiremos siendo, personas capaces de dar y recibir conocimiento. Esto en salud es esencial. Tratar las dolencias de los pacientes, pero también cuidar de ellos. Necesitamos apoyarnos en una antropología sólida, que dé sentido a lo que hacemos, porque hace comprensible nuestra humanidad. 

¿Qué enseñanzas nos ha dejado este tiempo? 

Este último año y medio ha confirmado nuestra vulnerabilidad. Han aparecido las fortalezas y carencias de nuestra sociedad y el enorme poder de la ciencia y tecnología. Pero paradójicamente, una de las características más dramáticas de estos tiempos es el temor a que nuestros productos más notables, aquellos en los cuales hemos puesto mayor inteligencia y creatividad, se vuelvan en nuestra contra. 

Necesitamos apoyarnos en una antropología sólida, que dé sentido a lo que hacemos, porque hace comprensible nuestra humanidad.

Por: Lucas Bizzarri