Desde sus inicios, la Universidad ha sido consciente de que la Filosofía es esencial para el desarrollo del ser humano y, por ello, junto con Medicina, fue la segunda carrera en impartirse, después de Derecho. Jorge Peña, uno de sus fundadores, explica los fundamentos.

¿Por qué es necesario aprender Filosofía?
Por nuestra condición de seres pensantes y reflexivos, que se cuestionan acerca de lo que son las cosas y el porqué. Las preguntas fundamentales que el hombre se plantea son de origen filosófico. Es el único animal que cuestiona su propio ser, entonces, es una virtud humana. Nadie puede desarrollarse plenamente al margen de ciertas cuestiones fundamentales, como son el porqué y el para qué de la existencia, el cosmos, la naturaleza, el hombre, Dios. Nadie vive una vida humana digna sin plantearse estas interrogantes fundamentales. Pero es muy importante distinguir lo que brilla de lo que realmente es sólido, lo que embriaga de lo que alimenta. La magia de la oratoria, el énfasis en decir las cosas, el metaforismo pueden hacer que esa actitud se perturbe.
¿La sociedad utilitaria de hoy ha atentado contra el cultivo de la Filosofía?
Ha hecho retroceder las Humanidades y la Filosofía. Resulta que este tipo de saberes, que no tienen una utilidad práctica inmediata, suelen considerarse como algo ornamental, un hobby. Las vocaciones humanistas, filosóficas, literarias, históricas se ven cuestionadas por la pregunta de qué vas a vivir, cuando lo fundamental es para qué vas a vivir.
¿De dónde viene esta valoración negativa?
Hay razones históricas. Cuando surge el Método Científico se dice que ahí hay verdadero saber, preciso, exacto, riguroso. De alguna manera, se considera que ese saber es el objetivo, verdadero, y el otro es poético, interesante, pero no tiene rigor, un saber subjetivo en el que caben distintas posturas y visiones del mundo. A partir del siglo XVII ha habido una especie de disyunción entre las Ciencias y las Humanidades que ha llevado a concebir por separado lo que está unido.
¿Comparte usted que el poder establecido le teme a la Filosofía porque insta al análisis, reflexión y crítica?
Sí, es mirada con temor porque cuestiona lo obvio, como lo hizo Sócrates y como lo han hecho los grandes filósofos. Efectivamente, hay algo de rebeldía en el filósofo, porque no se adapta a todo lo que el mundo dice, piensa, está de moda, al tópico dominante en la sociedad. El filósofo es molesto, porque cuestiona muchas cosas que son admitidas por todos.
¿Chile le está haciendo justicia al cultivo de la Filosofía a nivel de formación escolar?
Los programas de Filosofía tienen que atenerse a los grandes pensadores. Si bien en la Ciencia lo que ocurrió en el siglo XIX ya está obsoleto, eso no ocurre en Filosofía. Ni Platón, Aristóteles, San Agustín, Pascal ni Descartes están superados. Los programas deben llevarnos a la lectura de esos grandes autores, que han forjado nuestra cultura.
¿Qué hace la Universidad para promover el estudio filosófico?
Qué estamos haciendo y qué no hemos hecho. La Universidad comenzó el año 90, con la carrera de Derecho, y en 1991 se abrieron dos carreras absolutamente deficitarias, propias de una visión demente, si nos dejamos llevar por criterios económicos, que son Medicina y Filosofía. En 2018 entraron aquí cinco alumnos, entonces eso, desde el punto de vista económico, es inadmisible, pero la Universidad tiene conciencia de que es esencial, es constitutiva y la ha mantenido contra viento y marea. Enfrentar los problemas actuales con cierta profundidad requiere de la Filosofía.

“Lo que requiere nuestra sociedad es Filosofía”. La frase de Jorge Peña Vial nace de una vida dedicada al cultivo de este saber. Su discurso nunca se queda en la superficie y sus palabras parecen peldaños de una escalera que desciende siempre hasta lo más profundo del ser. El doctor en Filosofía fue uno de los fundadores de la UANDES en 1989, dio inicio al Instituto de Filosofía en 1991 y hoy es el decano de la Facultad de Filosofía y Humanidades.

Jorge Peña
Decano Facultad de Filosofía y Humanidades

PIONERO EN VINCULAR FILOSOFÍA POLÍTICA Y CIENCIAS SOCIALES
Formar profesionales que se sumen a la discusión política con una visión interdisciplinaria es el objetivo del nuevo Magíster en Estudios Políticos. El escenario actual plantea la necesidad de contar con expertos que, más allá de ver los fenómenos desde su disciplina, cuenten con una mirada amplia y distintas herramientas para analizarlos. “La gente que estudia Filosofía Política se especializa en justicia, libertad, igualdad y debates asociados. Y quienes estudian Ciencias Sociales, como Sociología, Economía o Ciencias Políticas, entienden los fenómenos políticos usando análisis empíricos de investigación o de datos. En ese sentido, el Magíster es único en Chile, ya que hace dialogar a ambas disciplinas y muestra la relación entre ellas”, explica Matías Petersen, director del programa que comenzó en 2019, en colaboración con el centro de estudios e investigación social SIGNOS, con gran éxito de matrícula. El Instituto de Filosofía ofrece, además, un Diplomado en Filosofía, un Magíster en Filosofía Aplicada para profesionales de otras disciplinas y un Magíster y Doctorado en Filosofía.

El Magíster de Estudios Políticos, dirigido por Matías Petersen, es organizado por el Instituto de Filosofía y por el Centro UANDES SIGNOS.