A 20 años de la creación de la primera escuela de negocios exclusiva de postgrados en Chile, su director general, Raimundo Monge, repasa los principales logros, cuenta cómo están enfrentando los desafíos propios de una institución en desarrollo y proyecta los años venideros.

A paso firme avanza el ESE Business School, la escuela de negocios de la Universidad de los Andes que acaba de cumplir dos décadas formando profesionales para la alta dirección, a través de programas de postgrado y educación continua. Son más de 3.500 los egresados de sus cursos regulares, que apuntan a los principales directivos de las organizaciones: propietarios, directores, gerentes generales y de área, entre otros perfiles. Al hacer un balance, su director, Raimundo Monge, señala que la Escuela difícilmente se masificará, “porque nuestro propósito apunta a influir para bien en quienes toman decisiones y en la forma en la que se gestionan las empresas, poniendo al ser humano al centro, con un sentido de trascendencia en lo que se hace y cómo se hace. No nos interesa ser una máquina de capacitación de profesionales, sino que formar mejores personas, una a una”.

¿Cuáles son los principales logros en esta primera etapa?
Lo fundamental es habernos posicionado como una escuela de alta dirección, que impulsa el ideario de servicio y trascendencia. Estamos ubicados entre las principales escuelas de negocios del país y somos reconocidos por los directivos, posicionamiento que se potencia gracias al prestigio de la Universidad. Ahora bien, estamos enfrentando algunos de los desafíos asociados al crecimiento.
¿Cuáles son estos nuevos desafíos?
Por ejemplo, las condiciones en que se está desenvolviendo el mundo de las universidades, pues muchas se están volcando a la educación de continuidad y postgrados, lo que pone presión a nuestro modelo de servicio de alto estándar y personalización. Esto nos lleva a tomar decisiones para mantenernos competitivos, sin renunciar a la excelencia y sin dejar de apuntar a la parte más alta de los cuadros directivos del país.
¿Qué están haciendo al respecto?
Fortalecer el modelo ESE, que se basa en tres pilares. Primero, la excelencia docente, para lo que hemos ampliado nuestra planta académica e impulsado la investigación. Segundo, un modelo de servicios y experiencia superior para el alumno, que optimizamos continuamente. Y tercero, reforzando la generación de una comunidad de egresados activa y de valor añadido. Sobre este aspecto habrá importantes novedades en los próximos 18 meses.
¿Cómo están enfrentado la irrupción digital?
Desarrollando cursos híbridos, con una parte presencial complementada con contenidos online. Hemos constituido un equipo para facilitar a los profesores la labor de ‘adelgazar’ los programas, para que aquello que no es crítico que se revise en clases, se derive a una plataforma online y así centrar las discusiones colectivas en el aula. También, estamos mejorando la tecnología en nuestras salas, a fin de facilitar que profesores y directivos aporten sus contenidos vía teleconferencia, es decir, sin venir a la Escuela o sin estar en el país. Igualmente, seguiremos privilegiando el modelo presencial, ya que la esencia de nuestro objetivo formativo es desarrollar las capacidades para negociar consensos y lograr soluciones colaborativas entre quienes toman las decisiones, y esto siempre será mejor cara a cara.
¿Y cómo enfrentan el tema ético, clave en la formación que ofrece el ESE?
Esto es central en todos los programas de la Universidad y en el ESE nos preocupa mucho. Tenemos varios centros de investigación que se relacionan con mejorar la toma de decisiones a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia y el ideario cristiano. A través de ellos vamos creando conciencia sobre la importancia de esta dimensión en todas las decisiones y ayudando a nuestros alumnos a reconocer las ‘reglas no escritas’ para hacer negocios, haciendo de la ética parte esencial y constituyente de su comportamiento.
¿Cuál ha sido el principal aporte del ESE a Chile en estos 20 años?
Lo fundamental es que tenemos 3.500 egresados que han pasado por cursos regulares y cerca de 50.000 personas que han participado en otras actividades de formación. Si un porcentaje relevante de ellos es capaz de tomar mejores decisiones, podemos lograr un importante impacto en la capacidad del país de hacer las cosas bien. Queremos que nuestros alumnos valoren el trabajo bien hecho, realizado con competencia profesional, pero también con sentido de trascendencia.

Raimundo Monge
Director General ESE Business School

FORMACIÓN CONTINUA
“La velocidad del cambio hace que te quedes obsoleto si no estás permanentemente actualizándote. Hoy la tendencia es pasar muchas veces por las aulas en cursos más cortos. También se ha alargado la vida laboral y necesitas estar vigente hasta los 65-70 años o más”

PROYECCIÓN
“Trabajaremos en dos grandes ejes: extender la formación de los directivos y acompañarlos en toda su vida laboral (lifelong learning) y formar a directivos de organizaciones distintas a las empresas, que también requieren mejorar su profesionalismo y capacidad de tomar buenas decisiones”