El tratamiento médico y la investigación clínica convergen en este lugar, resultado de la colaboración entre Cells for Cells (C4C) y Clínica Universidad de los Andes. Aquí se alberga el laboratorio de células madre más moderno de Latinoamérica y ofrece la única terapia celular clínicamente probada para la artrosis de rodilla.

Profesionales comprometidos con la investigación científica, movidos por el deseo de mejorar la calidad de vida de personas que padecen problemas de salud que podrían ser invalidantes. Ese es el perfil de quienes concibieron el Centro de Terapia Celular, proyecto que se convirtió en realidad en noviembre de 2018.

“Tomó tiempo en formarse, porque tanto la Clínica como nuestras terapias celulares tenían que adquirir un grado de madurez”, explica el director médico de Cells for Cells, Dr. Francisco Espinoza, al referirse a esta iniciativa, que es resultado del trabajo conjunto entre la empresa biotecnológica C4C -primer spin off UANDES- y Clínica Universidad de los Andes.

Este lugar alberga el laboratorio de células madre más moderno de Latinoamérica y ofrece la única terapia celular clínicamente probada para el tratamiento de la artrosis de rodilla, cuyo uso se extiende hoy a la patología de cadera, tobillo y mano, enfocándose, por ahora, en el área osteo-articular. “Cuando estamos hablando en Medicina, de todas estas herramientas nuevas para ayudar a los doctores y de un Centro ligado a una universidad, tenemos la mejor combinación”, acota el traumatólogo del equipo, Alejandro Orizola.

MÁS DE 300 TRATAMIENTOS

Gracias al trabajo colaborativo que C4C desarrolla con la Clínica desde antes que surgiera el Centro de Terapia Celular, más de 340 pacientes han recibido tratamiento con Cellistem®OA en diferentes instituciones de salud del país. Y no todas han debido pagarlo, porque “tenemos varios casos de donaciones”, aclara el Dr. Espinoza respecto de la visión común por “desarrollar terapias que puedan llegar a todos los pacientes, que no sean de nicho”, de modo de generar un amplio impacto.

Al ser la mejor opción de tratamiento que existe actualmente en el mercado, considerando que tiene un efecto a largo plazo, muy superior a los procedimientos convencionales y a un costo mucho menor, estamos contribuyendo de modo significativo a mejorar la calidad de vida de los pacientes, que de otra manera no tendrían alternativa. “El hecho de que la Universidad se abra a la comunidad con este tipo de tratamientos es un plus, que evidencia una intención detrás de una filosofía de trabajo”, precisa el doctor Orizola.

El especialista aclara también que “la terapia es buena cuando está bien indicada, tiene prescripciones claras y, en la medida en que se respeten, los resultados van a andar mejor”.

Desde 2010, C4C desarrolla investigación de vanguardia en medicina regenerativa, gracias al trabajo desarrollado por más de 30 especialistas en biotecnología, bajo procesos productivos con Certificación Internacional ISO 9001:2015 en un laboratorio con estándares GMP (Good Manufacturing Practices).

CELLISTEM®OA es una terapia celular desarrollada por Cells for Cells que disminuye el dolor y mejora la función articular.

UN LABORATORIO DE IDEAS INNOVADORAS

Además de su dimensión práctica, en el Centro de Terapia Celular están involucrados expertos que dedican parte de su tiempo a la investigación científica, entre ellos, el académico UANDES y traumatólogo de la Clínica José Matas. Apasionado por el tema, comenta que sería la información genética que llevan las células madre la que las hace trabajar “como un director de orquesta” en los procesos de reparación.

El Dr. Matas es uno de los autores del primer ensayo clínico sobre terapia celular con resultados positivos para el tratamiento de la artrosis, publicado en 2018 en la prestigiosa revista Stem Cells Translational Medicine, lo que respalda la rigurosidad del tratamiento desarrollado por C4C. Allogeneic Mesenchymal Stromal Cell Therapy for Knee-OA: A phase I/II randomized controlled trial es la investigación que comparó, entre 2015 y 2017, la eficacia de Cellistem®OA versus el ácido hialurónico como tratamiento de la osteoartritis sintomática de rodilla en 30 pacientes chilenos entre 40 y 65 años.

Por su parte, el Dr. Manuel Pellegrini explica que en el Centro de Tobillo y Pie de la Clínica están empezando a colocar un nuevo desarrollo tecnológico del Centro de Terapia Celular en base a células encapsuladas en una matriz para regenerar lesiones condrales del talo (articulación del tobillo), una especie de parche que podría tener un importante uso, al igual que la investigación sobre cómo utilizar células madre como tratamiento para prevenir la artrosis.

“MI RECUPERACIÓN HA SIDO IMPRESIONANTE”

Daniela Doñas (25), profesora de Educación Física y jugadora federada de vóleibol, pensó que sus días haciendo clases y compitiendo estaban contados. De un momento a otro, mientras jugaba un partido de la liga, sintió un dolor fuerte en sus piernas y cayó al suelo. El diagnóstico fue demoledor: necrosis avascular en la cabeza del fémur, algo así como un “infarto del hueso”, explica su médico tratante, el Dr. Matías Salineros.

Pese a que llegó a pensar que no volvería a caminar, decidió confiar su salud a la terapia celular. “Me insertaron células madre para regenerar el hueso, específicamente la parte que estaba muerta”, cuenta al referirse a la operación que le quitó automáticamente el malestar inguinal y que resultó ser todo un éxito, activando un proceso de regeneración en la zona afectada.

“Mi recuperación ha sido impresionante, después de estar en reposo, andar con muletas y tratarme con un kinesiólogo, la movilidad de mi cadera volvió. Ahora me controlo cada tres meses y en la última resonancia salió todo bien, la necrosis no ha avanzado y la zona de la cadera está en etapa de regeneración”, comenta entusiasmada.

“Hemos visto que se ha rellenado el espacio, hay hueso vivo de nuevo y, salvo una mínima cicatriz, la cadera está comportándose como una cadera normal”, asegura el Dr. Salineros, traumatólogo de la Clínica.

“ESTO ES CIENCIA E INVESTIGACIÓN DE ALTO VUELO”

Alejandro Orizola, traumatólogo de Clínica Universidad de los Andes